Finalmente, el alcalde de Tetela de Volcán cosechó lo que ha sembrado: un tribunal cortó de forma drástica y contundente sus intenciones de reelección, pero también sus extrañas motivaciones misóginas, al imponerle una multa cercana a los cien mil pesos.
No es el primer caso de ese tipo de conductas y desafortunadamente quienes las cometieron -como un alcalde de Amacuzac contra su síndica- quedaron impunes. Pero la justicia finalmente se mueve a la velocidad requerida.
Hay otros infractores que también se encaminan al castigo que contra ellos marca la ley. Ni más pero tampoco menos.
Disuasión podría llamarse esta historia.