Seis años y unos días después se repite la tragedia: un alcalde es asesinado apenas unos días después de tomar posesión, ahora en el municipio de Xoxocotla, donde la lucha electoral fue encarnizada y apenas poco tiempo antes de la asunción del cargo se dirimió el resultado.
La tarea que sigue es doble y simultánea: esclarecer el crimen, para que no quede impune, y proceder a la sucesión ordenada del alcalde de un municipio que socialmente nunca ha sido estable.
Por eso se requiere que los numerosos aspirantes al cargo guarden las formas y se sometan a lo que dice la ley en el caso de las comunidades indígenas, aunque es obvio que no hay precedentes para una situación así.