Aunque está más que justificado reclamar por el servicio de agua potable, quienes lo hicieron ayer mediante un nuevo bloqueo carretero a la altura de la glorieta de la paloma de la paz se excedieron y dañaron seriamente la convivencia social.
Los ciudadanos que cerraron el paso en el sitio mencionado destruyeron infraestructura urbana para obstaculizar el paso de los vehículos (usaron las piedras de los maceteros del lugar) y agredieron a los automovilistas inconformes que los enfrentaron.
Definitivamente ese tipo de excesos descalifica cualquier sentido social de la protesta.
Quienes reclamaban de esa forma carecían ayer de agua potable porque el pozo que los abastece se encontraba en reparación, una actividad que no se puede hacer de manera mágica, sino que requiere de cierto tiempo, que por cierto ya concluyó.