El atraco que los consejeros electorales del Impepac le han hecho a los ciudadanos de Morelos parece que se ha consumado y permitirá que varios de ellos, que concluyen sus funciones en 2024, reciban de forma inmerecida casi dos millones de pesos por una labor que nadie percibe.
Las presiones sociales y la indignación que causó la reforma al reglamento interno de esa institución no han conmovido a los causantes de un enorme desprestigio para el Impepac, que puede perder toda su operatividad por falta de los recursos que el Congreso -o al menos algunos diputados- amenazan con negar, visto los excesos que se permiten en el órgano electoral.
De esa manera el instituto se unirá a entes como el IMIPE, que solo son fuente de jugosos empleos pero incumplen su objetivo social.