Las pugnas partidistas surgidas del próximo proceso electoral están lejos de ser internas, pues desde hace tiempo rebasaron su propio ámbito y repercuten en la vida organizada de los morelenses.
Desde el año pasado se manifestaron como precarios los equilibrios surgidos de la anterior elección, plagada de partidos políticos sin trayectoria, pero lo poco que los recién llegados lograron conquistar quedó sepultado por el movimiento político de ayer, cuando 16 alcaldes de diferentes siglas se unieron al partido en el poder.
Las organizaciones opositoras han centrado su accionar desde el Congreso local y usan las instituciones para tratar de lograr sus aviesos fines, por lo que seguramente planearán una respuesta.
Eso pone a los ciudadanos morelenses en el peligro de quedar bajo las patas de los caballos, al menos hasta que se recompongan otra vez las cuotas de poder y la sobrerrepresentación legislativa que tanto daño ha hecho quedé atrás.