El volcán Popocatépetl ha puesto en alerta a la población pero también ha permitido comenzar a actualizar la infraestructura de apoyo que requieren las comunidades de su zona de influencia para tener una vida mejor.
Pese al periódico desgaste al que somete a la sociedad el coloso, el crecimiento de la actividad volcánica incentiva la entrega de recursos adicionales a la deprimida economía de esa zona de la entidad.
Las nuevas tecnologías permiten mantener muchas de las actividades esenciales, como la educación en todos sus niveles, por lo que respecto a otras ocasiones el daño será menor.
Vivir preparados es una realidad asumida por la población que debe reflejarse también en el actuar de sus autoridades municipales.