El congreso de Morelos está constituido por veinte diputados pero quince de ellos ejercen un férreo control de todas las decisiones, hasta las más insignificantes.
Eso significa que ese grupo deberá hacer frente a las responsabilidades que implican sus actos, incluido el desafío-ni más menos- a la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, que desde hace tiempo determinó que la interrupción del embarazo no debe penalizarse y que los poderes ejecutivos locales deben actuar en consecuencia y ofrecer ese derecho a las mujeres.
En Morelos eso se ha incumplido con toda clase de pretextos, pero lo que no se había dicho es que en realidad actuaban los diputados con una motivación ideológica.
La Corte habló con claridad del tema y no dejó lugar a dudas. Es innegable la responsabilidad en que se incurre con el descarado desacato.