La separación de la basura es una de las medidas de mayor eficacia para disminuir el volumen de los desechos sólidos, cuya disposición es un grave problema para todas las comunidades.
Como se demostró cuando comenzó a operar el relleno sanitario de la región poniente hace ya demasiados años, separar la basura es tan efectivo que hasta puede hacer poco redituable el proceso final, por la drástica reducción del volumen generado.
La población de Cuernavaca ha sido resistente a integrarse al proceso que pretende disponer de aquellos materiales que aún pueden tener un uso.
Esa resistencia está basada sobre todo en una falta de conciencia social, pero tarde o temprano cobrará una costosa factura.
Todo indica que las apocalípticas escenas de la ciudad inundada de basura de hace veinte años han quedado en el olvido, aunque sigan como una realidad si el sistema de recolección y depósito de los desechos sólidos se trastoca.