El zika es una enfermedad transmitida por el mismo mosquito que provoca el dengue y chikungunya, por lo que luchar contra estas dos últimas enfermedades ya implica también la batalla contra la primera de ellas.
No se requieren recursos adicionales a los que ya se invierten, pero sí que el sector de la población que corre mayor riesgo -el de las mujeres embarazadas- aumente sus cuidados para evitar los piquetes del zancudo.
Pero también esperemos que esta situación de alerta concientice a la población que hasta hoy ha hecho caso omiso a los llamados de las autoridades sanitarias para combatir los posibles criaderos del mosquito.
Solo con el trabajo de toda la población pueden erradicarse las tres enfermedades. El vector que las transmite se refugia en casas y terrenos a los que las autoridades no pueden entrar pero en las que los propietarios pueden y deben hacer algo.
La indiferencia y la falta de compromiso perjudica a todos.