Penosamente, el fiscal anticorrupción ha reaparecido con su usual conducta de severidad contra los infractores de niveles inferiores mientras los grandes delincuentes que desde el poder se enriquecieron el sexenio pasado siguen impunes.
Esa reaparición fue en un momento delicado, cuando un conflicto en la UAEM le dio reflectores a su protagonismo. De antemano es necesario que se castigue a los policias acusados de no ncurrit en abuso de autoridad en el campus Chamilpa si se demuestra su culpabilidad -que el fiscal ya dio por hecho- pero igual se requiere que todas las carpetas de investigación que otros entes han integrado por él sean judicializadas. Tan lamentable como la actuación de los ciudadanos que protestan contra la Comisión Federal de Electricidad en realidad tienen a su blanco principal en la Profeco y en los ciudadanos que no pueden transitar por la avenida Morelos.