Solo un grupo reducido de las mujeres que salen a marchar el 8 de marzo por las calles de Cuernavaca incurren en actos de vandalismo, pero con esas acciones opacan las consignas y los reclamos y ocultan los mensajes de denuncia y reivindicación.
Los afectados por la violencia destructora que desde hace varios años ejerce un grupo radical han manifestado su descontento y su temor ante la posibilidad de que el viernes se repitan los ataques a negocios y edificios, como el que hace dos años destruyó la sala de exposiciones del Centro Morelense de las Artes y las obras que allí se exhibían.
Quizá sea tiempo de que quienes reivindican el día de la mujer analicen lo que ocurre cada año en la capital de Morelos y decidan si es lo más adecuado para la causa.