La experiencia del proceso electoral anterior, cuando el voto ciudadano borró la sonrisa de los entonces diputados locales y los mandó al basurero, hace prever que de los actuales legisladores solo sobrevivirán a la contienda aquellos que se registren como plurinominales. Y eso si van colocados en buena posición.
La negra trayectoria que han tenido desde el primer año de su gestión garantiza su derrota, pero a pesar de eso más de uno de los integrantes del dañino G-15 buscará incluso una alcaldía, por los partidos marginales que los quieran registrar.
Esperemos que el voto de castigo que reciban sirva ahora sí de ingrediente disuasorio para los próximos diputados y que estos moderen sus excesos y tentaciones, pues con esta serán dos legislaturas severamente castigadas en los comicios.