Los dirigentes del PAN y el PRD despreciaron la convocatoria a un pacto destinado a combatir la violencia de género y a garantizar la equidad en la asignación de candidaturas para el proceso local que está por dar inicio.
Aunque enviaron representantes, esas organizaciones -la segunda de las cuales apenas logró sobrevivir a los comicios pasados, cuando el repudio popular lo castigo- seguramente no quieren que nada interfiera con su propósito de reservar para sus dirigentes las pocas posiciones que pueden lograr el 2 de junio.
Seguramente el electorado tomará en cuenta ese acto deliberado y reducirá aún más su presencia electoral, sobre todo porque las mujeres constituyen -así sea ligeramente- la mayoría del padrón de personas que podrán ejercer su derecho al sufragio.