La Alerta de Violencia de Género sólo ha sido una iniciativa con nombre atractivo, pero vacía.
Organizaciones independientes de mujeres y de defensores de derechos humanos han establecido con suficiente claridad que ese instrumento es, de origen, un ornamento. Las causas primigenias de las violencias que en la mujer devienen en consecuencias hasta funestas son las que no son consideradas.
El análisis y estudio del flagelo es multifactorial, se conoce. Falta la voluntad para actuar en consecuencia. Grupos y colectivos están en la pugna permanente por suscitar en quienes toman las decisiones públicas, el interés por concretizar políticas sociales que abonen a la libertad de la mujer en su entorno.