Salvo el uso político de la marcha del día del trabajo, la fecha se asocia como la oportunidad para que encuentren eco los apuros y reclamos de las clases trabajadoras en el país. Los gremios y sindicatos coinciden en la defensa de derechos laborales, históricamente vulnerados, así como la reparación de las condiciones opresivas y denigrantes en los entornos de trabajo y el incentivo de nuevas oportunidades de desarrollo profesional.
Dicha actividad humana y social merece la total dignidad y reconocimiento. Su enaltecimiento ha sido causa de luchas históricas en el sentido universal, y la deuda persiste.