La cada vez mayor demanda de pipas de agua es una situación que va de la mano con la necesidad de la concientización general en el cuidado del vital líquido, a la par de la obligación colectiva de abordar con seriedad el asunto de la gestión del recurso.
Los esfuerzos por racionalizar el líquido en infraestructuras y tecnologías ecológicas de uso común, aunado a las acciones de reutilización y tratamiento, son pasos que deben llevar a una cultura de la preservación, que paulatinamente irá creciendo, ante la realidad de la escasez.
Por otra parte, resultará imprescindible llevar a la realidad los proyectos de remediación ante la crisis del agua que atraviesa nuestro país, planteados por los candidatos que ya ultiman su agenda de gobierno para el nuevo sexenio.