A escasos días de la relevante cita en las urnas del 2 de junio, es importante atemperar el clima de polarización en torno a las corrientes políticas que suben al escenario para buscar la preferencia popular que les permita guiar el porvenir común inmediato en un enfoque determinado de gobierno.
Las tensiones que en el ámbito nacional son patentes, en los contextos estatales se replican, en una confrontación, en términos generales, entre tres alternativas para ejercer el mando.
El sistema político mexicano hace necesaria la concurrencia del ciudadano en las mesas de votación para inclinar la balanza hacia una doctrina concreta, en un momento decisivo del país en su democracia.
No obstante, el llamado es a la paz social, sin el desbordamiento de sensibilidades que vulnere la civilidad.