A pesar del avance en las cifras de concurrencia ciudadana en las urnas el pasado 2 de junio, todavía el grado de abstencionismo es elevado.
La afluencia de aproximadamente el 61 por ciento del padrón electoral estatal en las casillas es positiva, en relación con los últimos procesos comiciales. Los niveles de ausentismo en las casillas son cuantiosos en la historia electoral reciente en el país y el flagelo no se ha atendido ni se ha abordado con detenimiento.
Las elecciones son esenciales en una democracia. La emisión y sentido del voto del ciudadano son factores determinantes para la conformación de los órganos de gobierno. La elección presente es histórica en nuestra nación por la polarización política que lo caracterizó. La renuncia del elector a ejercer su derecho de participación es un fenómeno que no se debe ignorar.