Por tratarse de la primera vez que se aplicaba el actual código electoral, las interpretaciones de asuntos delicados -e incluso de aquellos banales- ha sido tan abierta que al final del proceso se iniciaron el primera instancia un alud de procedimientos por parte de los inconformes, a lo que siguió el uso de las siguientes instancias. Muchos de los casos aún no se resuelven y eso provoca que, por ejemplo, se ignore la composición definitiva que tendrá el Congreso local.
Pero el tiempo seguirá su marcha, los tribunales se pronunciarán hasta obtener resoluciones firmes y todos los que participaron deberán acatarlas.
La sociedad morelense ya no está para protestas, bloqueos y manifestaciones para tratar de combatir por otra vía lo que determinen los magistrados.