La reducción que se da en la cifra de muerte de mujeres no es nada comparable a la cifra inaceptable de 49 víctimas.
Los datos sirven para tomar decisiones y los que hoy se exponen son precisos para mostrar un mapa de la violencia extrema que se padece, que si bien está focalizada, no por eso es menos importante.
Pero lo que se requiere ahora es de acciones concretas y efectivas, que permitan modificar a la baja las macabras estadísticas.