Por el desaseo en el manejo financiero fue relativamente fácil fincar las acusaciones de desvío de recursos procedentes de un crédito autorizado en 2013.
Es evidente que al menos una parte de ese dinero, que debió emplearse en obra pública, se utilizó para el pago de conceptos que la ley no permite, como conciertos otras actividades recreativas.
Si la autoridad demuestra que los recursos se aplicaron en lo que asegura que se usaron, no por eso deja de haber responsabilidad, porque el dinero estaba destinado a otros fines.
De lo anterior es fácil señalar que esa solicitud, cuya procedencia deberá resolverse la próxima semana, si es un gran motivo de preocupación para su destinatario y, por lo mismo, enturbia el de por sí revuelto clima político de Morelos.