Es obvio que hubo más de lo que señalan los reportes gubernamentales y que la solidaridad de los ciudadanos contribuyó de manera importante a sofocar el siniestro.
Apenas hace unas semanas la parte de la estructura gubernamental encargada de la prevención de incendios forestales había señalado que existían los medios necesarios para intervenir exitosamente.
Los hechos los contradijeron de manera dramática.
Sin embargo, hasta estas horas no hay una investigación formal para determinar si hay responsabilidades oficiales, mientras de el gobernador hacia abajo se trata de culpar sólo al que originó el fuego mediante una quema agrícola que se salió de control.
La situación social que se vive en Morelos quedó resumida ayer cuando nuevamente Graco Ramírez fue interpelado por la población durante la conmemoración en Cuautla del aniversario luctuoso de Emiliano Zapata.
Es más que evidente que los grandes asuntos gubernamentales no marchan correctamente y se requiere una corrección de fondo.
Sin embargo, no se notan signos de autocrítica, sino al contrario, a la espera de quién sabe qué señales.