Eso se puede ver en el caso de la falta de botes de basura en la remodelada Plaza de Armas. El reclamo en las redes sociales parecía terminar con una contundente declaración de la secretaria de Obras Públicas, quien anunció que no habrá botes.
Pero ahora se le reclama por las vías tradicionales que debería haber y con posibilidad de la separación de basura, para darle sentido a la etiqueta "ecológica" que se le ha puesto a la obra citada y en general a las acciones urbanas en el primer cuadro de Cuernavaca.
Eso abre otro capítulo a la historia, qué no sabemos cómo terminará.
Por lo pronto, los individuos comienzan a trascender su aislamiento vía las redes sociales, descubiertas como arma primero por los políticos.
Bienvenida la participación social, por cualquier vía. Y más sí de digital se hace corpórea.