Ya no existe ninguna certeza de que la gente podrá circular -en vehículos particulares que de transporte público- en ese trayecto, pues las causas para cerrarlo son infinitas.
Lo mismo el conflicto que afecta a una sola familia que a gran parte de esa población pueden servir de pretexto para un bloqueo. Pero quienes utilizan esa táctica no alcanzan a ver que comprometen su propio futuro, pues cada vez menos vehículos circulan por allí, precisamente por esa situación azarosa.
La carretera que los vecinos de Xoxocotla cierran cada vez que quieren ya no es el único paso entre Cuernavaca y la zona sur de Morelos. Eso terminará por dejarlos aislados y sin sus problemas resueltos, porque de tanto incidir en lo mismo, las autoridades han dejado de preocuparse y, por lo mismo, de actuar ante ese tipo de presión, cada vez más ineficaz.