Mientras, quienes viven de la venta de alcohol han logrado mantener su hegemonía sobre las autoridades municipales, con todas sus consecuencias, a pesar de que no se busca prohibir el consumo de bebidas embriagantes, sino impedir que haya gente alcoholizada tras el volante.
Esperemos que el enésimo exhorto tenga alguna repercusión y se avance en esa larga lucha por impedir más muertes o pérdidas absurdas como las que hoy padecemos casi todos los días.