Las demandas laborales contra los Ayuntamientos fueron iniciadas lo mismo por trabajadores despedidos injustamente para acomodar a los recomendados de la administración entrante que por "aviadores" y empleados de confianza que fueron separados del cargo por ineficientes.
Como haya sido, lo cierto es que no hubo análisis de las consecuencias. Y los responsables de ese descuido lograron burlar su responsabilidad.
El problema que eso creo alcanza ahora grandes dimensiones, lo mismo en sus resultados políticos que por los montos económicos que requiere su resolución.
Habrá que esperar a que algún día, quizá muy lejano, los que originaron o engordaron el embrollo también sean llamados a cuentas, o por lo menos que sufran el castigo de los electores, para tenerlos alejados, contrario a lo que hoy pasa.