Los políticos con metas trazadas en el horizonte electoral buscan la manera de influir en la ciudadanía con derecho a voto, pero usan los métodos tradicionales, que hace tiempo dejaron de impactar en el electorado.
Habría que pedirles que prediquen con un lenguaje distinto, quizá el del ejemplo, a fin de incentivar la participación en las urnas a partir del interés y de la confianza de la ciudadanía.
Ahora hay un profundo desencanto traducido en un elevado abstencionismo, que en nada ayuda al buen avance de las instituciones.
Por eso, quienes propongan nuevos caminos tendrán seguramente la ventaja