De antemano, quienes cumplieron los requisitos para jubilarse y gozar de esa prestación no pueden ser culpados de nada, pues únicamente se acogieron a un beneficio que contempla ley.
Sin embargo, la falta de previsión desde hace generaciones de quienes han tenido en sus manos el control de las estructuras del poder nos ha llevado a esta situación, que requiere ser solucionada, a fin de evitar que colapsen las finanzas gubernamentales.
Ese escenario en la enseñanza pública está a punto de replicarse en la burocracia en general y es otro de los grandes pendientes que enfrenta no sólo Morelos, sino el país en general.