Las características del feriado -que incluye el abundante uso de velas y veladoras y la exposición de comida- hacen que especialmente los menores de edad queden expuestos a peligros que no se perciben pero que las estadísticas señalan que existen.
Ojalá que los adultos tengamos conciencia de que esas amenazas pueden evitarse y se tomen las medidas necesarias para modificar a la baja los índices que hoy sirven para hacer un necesario llamado de atención.