Inventa cualquier excusa para disculpar sus noches ausentes en casa de mi tía (tiíta sorry por poner de ejemplo tu historia), cuenta, como dicen, puras historias chinas y siempre culpa a cualquier otro de su ausencia o de su llegada tarde a casa.
Esta conducta infiel siempre va acompañada de mentiras.
Aquí hay dos temas: la infidelidad y la mentira. Empezamos por el mentiroso psicológico o mitómano. Me siento calificada para hablar de los dos temas por dos razones; una, es por el don súper especial que poseo para relacionarme con hombres mitómanos e infieles; y dos porque quiero ;)
Todos hemos mentido en algún momento de nuestras vidas, es más yo creo que decimos más de una mentira al día. Por ejemplo yo ayer dije más de dos mentiras: una, no tengo hambre; dos, no puedo ir a tomar un café contigo porque tengo que lavar (los que me conocen saben que lavo cada año bisiesto; ¡ups este año toca! Tres, mi amiga me marcó para saber si ya iba a llegar a nuestra cita y le dije que estaba a 10 minutos cuando todavía no salía de la casa.
Yo creo que esto no me hace una mujer mentirosa, menos mitómana; porque son mentirillas blancas que no le hacen daño a nadie y porque estoy consciente de que estoy mintiendo y no llevaría ninguno de esos tres ejemplos al límite; es decir a seguir mintiendo hasta crear una bola de nieve gigante de patrañas; ya sabes, es decir una mentira y después otra para tapar la mentira uno y después inventar otra mentira para cubrir la mentira uno y dos, y así sucesivamente.
Un mitómano es la persona que siempre es la víctima o el héroe y la culpa siempre es de los demás.
Normalmente el mentiroso psicológico se irrita cuando ponen en duda algo que haya dicho; entonces esta persona cambia de tema bruscamente, grita o se siente acorralado, obviamente porque está mintiendo.
Las personas que mienten son normalmente individuos con una autoestima baja; la mentira es como un mecanismo compensatorio. Las mentiras les sirven al mitómano para buscar lastima, atención, admiración o reconocimiento; esto les ayudará a sentirse importantes en la sociedad.
En fin hay muchas maneras de descubrir una mentira: su lenguaje corporal, su mirada, expresiones faciales, enojo, gritos… Cada quien va conociendo a su mentiroso.
Nada más que cuidado con este tipo de personas porque suelen ser muy listos y manipuladores; conocen algunos tips para detectarlos y tratan de disfrazarlos, como que se van superando, sacando la menor versión del mentiroso que llevan dentro. No olviden son personas enfermas y faltas de autoestima, así que si están cerca de uno, pues traten de ayudarlo a canalizarlo con ayuda profesional; porque ustedes no lo van a hacer cambiar solos, nosotros no somos psicólogos ni salvadores de nadie.
Cada uno tiene en esta vida su crucigrama que resolver.
El caso y el cuento es que este tío político (afortunadamente) tiene estas dos conductas lamentables; una de la cual ya hablamos, “la mentira”, y dos la infidelidad.
Y aquí me gustaría señalar el por qué son infieles algunos hombres, pero creo que en este caso es lo de menos, aquí el tema es porque mi tía lo disculpa una y otra vez! ¿Por qué fregados perdona una infidelidad de un maldito mentiroso? ¿Por qué perdonar a la persona amada la traición, la confianza y el amor que se había depositado en él?… ¡Jum! porque mi tía también está “enferma”, esto se complica cada vez más, no?
Sin embargo mi tía vuelve y vuelve al dolor y sufrimiento, sin “mentirles” mínimo dos, tres veces al año :( ¿por? Existen muchas mujeres que desgraciadamente les importa mucho lo que digan las demás personas… O sea “como crees que voy a pasar como dejada, abandonada y sola de nuevo”, “mejor me hago la loca, la mujer abnegada y que siga conmigo y así yo sigo bien casada” y en otros casos igualmente tristes porque el marido infiel las mantiene de “pe a pa” económicamente, ¡qué patético! cualquiera de los dos casos. O se justifican diciendo que es la primera vez que lo hacen y que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad.
La justificación de mi tía es que está enamorada. ¡Wow! entonces que no se queje ¿o no?
Ya para terminar este revoltijo de huevo, yo sólo les quiero decir que cada quien decide donde vivir y como vivir; existe el cielo y existe el infierno, aquí entra nuestro libre albedrío del cual gozamos para tomar la mejor decisión para nosotros.
Cuando tú cambias todo cambia, no es él otro el que tiene que cambiar. Cuando tú haces lo correcto, la vida te regresa a cambio estabilidad en todo tu desarrollo económico, social, amoroso y familiar, no hay más.
Hasta la próxima.
I Love Negrito