Es inevitable no sentirme triste. Justo la semana pasada les decía que siento que este 2024 ha sido un año que me ha puesto a prueba en varios aspectos de mi vida.
Y ahora le tocó a mi corazón.
Es difícil llegar a mi casa, específicamente a mi habitación, y no verlo. Es tristísimo no ver sus cosas. Simplemente ayer fui a la farmacia y compré un metamucil porque ya se le había acabado, y cuando me subí al auto me acordé que ya no está conmigo. Lo extraño mucho. Y extraño TODO de él y no termino de agradecer a la familia que me lo regaló porque me obsequiaron un gran ejemplo.
El pasado 23 de agosto de este año falleció Taco, mi perro salchicha, el mejor salchicha del mundo, y no exagero al asegurar tal cosa.
Taco llegó a mi vida porque una vecina de unas de mis hermanas se mudó de casa y a donde iban no reciban animales, y lo andaban regalando. Si no, iba a ir a parar a un albergue. Obvio, no lo permití y me lo llevé a casa. Y fue ahí donde empezó nuestra historia.
Mientras más pasaba el tiempo, más me enamoraba de él. Era un perrito súper cazador. Todo el día andaba buscando qué cazar. Era súper tenaz, persistente, pero sobre todo valiente.
Nunca lo vi con miedo. Él nunca se enteró de que era un perro pequeño. Creo que él se sentía con la fuerza de un león ¡y la tenía! Repito, poseía una valentía que asustaba. Me enseñó que no importa tu tamaño, sino la fuerza de tu espíritu.
Siempre será recordado por las personas que tuvieron la suerte de conocerlo, por su carácter decidido.
Libró valientemente varias batallas. Operaciones de grandes riesgos de las cuales se recuperó en días. Los doctores mismos se admiraban de su fuerza. Y yo, como mami orgullosa, decía: “sí, es mi hijo”.
En la clínica donde lo atendían lo recuerdan y lo recordarán siempre por su fuerza.
Ya estaba viejito y enfermo, ya era justo que descansara, aunque yo lo extrañe y mucho.
Normalmente las madres enseñan a sus hijos a ser valientes, seguros, amables, etc; pero en este caso fue al revés, “él me enseñó todo”.
Hoy ya no está en mi habitación, pero siempre estará en mi corazón.
Tacco, descansa en paz.