Lo malo es que los políticos que participan en esa batalla que ya empezó piensan que sólo están ellos y los adversarios y se olvidan que la ciudadanía cuenta. Aunque poquito, pero cuenta.
Tanto que desde ayer comenzaron a surgir versiones especulativas sobre el origen del incendio y también afirmaciones en el sentido de cómo se debería de actuar y con qué.
La gente, dejada al margen por quienes gobiernan, ha visto que sus intereses han sido abandonados.
Mientras, los funcionarios viven en su mundo de elevados ingresos y comodidades pagadas por el erario.
Pero en las últimas horas se tocaron fibras muy sensibles y las cosas ya no serán tan fáciles.
Por lo pronto, los dos principales partidos ya se disputan la atención ciudadana y hacen hasta lo imposible por ponerle zancadillas al contrario.
A veces, lo s rivales se caen solos y no necesitan que nadie les haga trampa.
Pero todas las contradicciones de la política morelense, por obra y magia del fuego que todo lo renueva, parece que comienzan a brotar de la nada.
Todo ese rollo es para decir, estimados lectores, que con una gran fogata ha comenzado ahora sí de manera seria la carrera por la gubernatura.
Y habrá muchos chamuscados.