Indignado porque lo quieren expulsar, el jojutlense le ha dado un jaque a Germán Castañón Galaviz, quien cargará con el peso de su decisión de expulsar del PAN A Villegas, quien no es ni ha sido una perita en dulce.
La ideología es ya un pesado lastre para nuestros políticos, que han decidido cambiarla mejor por los intereses.
Y se han hecho de muchos, al grado de que las ideas dejaron de importar.
No es el primer caso, porque el blanquiazul ha comprado en los últimos nueve años la voluntad de muchos legisladores. Hoy simplemente recibe una sopa de su propio chocolate.
Ojalá que los priistas no se vuelvan locos de poder ahora que tendrán 16 curules para ellos solitos.
Por lo pronto, el PAN descubre que el 2009 en verdad les fue adverso en términos electorales, al grado de que los ha dejado muy frágiles.