Sin embargo, a pesar de esas evidentes diferencias de forma, en el fondo son muy parecidos, ya que comparten el mismo ADN, no tanto porque sean parientes sino en lo ideológico, ya que no tienen convicciones sino intereses.
Asi se trate de perjudicar a los obreros cetemistas a los que dice defender Limón Rivera o de que a su partido y a sus correligionarios se los lleve la tristeza si con eso el perredista logra un cargo plurinominal, la actuación de ambos parece calcada, pues tienen el mismo manual de operación: Primero yo, luego yo y después yo.
Ayer coincidieron en el desfile, uno marchando al frente (Atan mal están las cosas en lo que queda de la mal llamada izquierda?) de la marcha de agrupaciones independientes y el segundo en el templete instalado para la ocasión en la calle Galeana, aunque hay que admitir que se sofocó— un poquito al marchar desde el calvario hasta el Palacio de Gobierno al frente de la borregada.
Es obvio que gente as’ no va a salvar a la entidad porque ni siquiera tiene la intención de hacerlo.
Sin embargo, es ilustrativo como las diferencias ideológicas se han borrado y por lo menos a nivel cupular todos son iguales.
Y justo cuando más se necesita de líderes, quienes podrian ser clasificados con ese título simplemente brillan por su ausencia, lo que por lo menos es Por decir algo suave- terrible.