Cuyo hijo perdió la vida en circunstancias aún no aclaradas y cuya investigación se ha convertido en un auténtico melodrama.
Los resultados que la sociedad pide a sus gobernantes no se ven por ningún lado y el tiempo apremia. Los partidos políticos, que tienen secuestradas a las instituciones, muestran todos los días que su principal punto de interés es el proceso electoral de 2012 y nada más.
Desde los actos ridículos de los siete aspirantes panistas a la presidencia –funcionarios de alto nivel que con la mayor desvergüenza han descartado renunciar al cargo para no tener ventaja en sus aspiraciones- hasta los priistas de siempre que sólo tratan de salir bien en la foto, pero no toman en cuenta el contexto difícil (por decirlo diplomáticamente) en el que vive la inmensa mayoría de los compatriotas. Y eso no sólo ocurre a nivel federal.
En Morelos “nuestros” políticos se desgarran las vestiduras y luego revientan en aplausos porque en el Congreso local se ha aprobado que cualquiera que tenga cinco años de oriundez en la entidad pueda registrarse como candidato a la gubernatura, Graco incluido.
Pero los problemas de inseguridad, de la economía local o del sector educativo no importan, más que para hacer contundentes pero vacías declaraciones a favor o en contra, que al final da lo mismo.