Algunas vez platiqué que su servidor, para adelantarme a las reacciones que produce esta columna, usa mamá prestada (sólo para casos de mentada, por supuesto) y le pagó renta a una viejita que trabaja de eso y que periódicamente sube sus costos porque dice que tiene mucho trabajo.
Quizá una forma de combatir el desempleo podría consistir en obligar a los políticos a contratar mamá prestada a fuerza, por lo que todas esas ancianitas que hoy malviven con sus engaños de pensión de Oportunidades (o como se llamen esos programas para captar votos seguros) tendrían un salario decoroso y contribuirían al desarrollo de sus hogares.
Así, los ciudadanos, al saber que los políticos que tantos enojos les provocan ya tienen sus escudos contra las mentadas, quizá no se enojen tanto y no provoquen con ese berrinche monumental (por lo menos hoy es así) el calentamiento que todos padecemos.
No es casualidad. Todos los ciudadanos en su sano juicio sabemos que quienes se dedican ala política sólo nos traicionan. Y la energía que se libera con tanto enojo se va a alguna parte.