Los alimentos con alto valor calorífico, llenos de grasas y de endulzantes, ni fueron prohibidos en las escuelas, ni son ahora menos dañinos. Pero como el tema ya pasó de moda, los responsables de velar por la salud de la colectividad ni se preocupan y dejan pasar todos los excesos de quienes se enriquecen a costa de provocar enfermedades graves entre sus consumidores. Las madres, educadas por la televisión, prefieren darle a sus hijos algo que les ahorre trabajo. Los niños, acostumbrados a determinados alimentos –que no alimentan- no piden menos que eso en lo que se refiere a sabor.
Y lo más grave es que el tema ha pasado a segundo plano. Los fabricantes de los productos dañinos ganaron la partida y las autoridades educativas de Morelos son extremadamente disciplinadas o incapaces de tomar medidas por su cuenta. Dejar pasar, dejar hacer es uno de los lemas favoritos de los sistemas económicos capitalistas. No me cabe duda de que nosotros lo somos por los cuatro costados, sobre todo quienes gobiernan. Los ciudadanos, que se j… ueguen su salud. No importa.