Con el pretexto de estudiar el ambiente, innumerables políticos locales se han ido a dar su vuelta a la entidad vecina, cuando lo que deberían hacer es acercarse al territorio que dicen representar o por el cual sufren y se acongojan -según dicen cuando hay un micrófono o una cámara cerca- y que está lleno de necesidades y reclamos mal atendidos.
Si lo hacen, seguramente podrían asegurarse un buen lugar en el corazón de sus potenciales electores, pero parece que les interesa más ser (como siempre) candil de la calle y oscuridad de su casa.
Los resultados del domingo servirán a los partidos principales para acomodar su propaganda. El triunfo propio o el fracaso ajeno serán magnificados hasta el infinito, en un acto encaminado a convencer a la población de que tal partido “ya la tiene ganada” mientra el otro –el de los rivales- “ya perdió”.
Sin embargo, espero que mis paisanos en 2012 sean lo suficientemente listos como para tomar decisiones no en base a lo que les quieren decir, sino a lo que han visto.
Quizá sea mucho pedir, pero la esperanza muere al último.