Las reacciones a esta periodística historia no se han hecho esperar. Los miles de correos electrónicos en los que se condensan las opiniones de los lectores de este espacio señalan que seguramente tal “crimen” le costará al senador perredista el triunfo en la elección para gobernador, algo parecido a lo que le sucederá –pero en el proceso interno de su partido- a Amado Orihuela Trejo, quien al ser partícipe por acción u omisión en el ataque físico que recibió un grupo de sus detractores en Zacatepec obtuvo un tache contundente, porque se puso del lado del más viejísimo PRI, ese que nunca perdía y cuando perdía arrebataba, justo del que quieren huir los ciudadanos, que ya en su momento rechazaron a Maricela Sánchez Cortés por ser ella hija de los malos vientos y del desorden.
Crear violencia es lo menos que los ciudadanos esperan de sus políticos. Más bien quieren que combatan la violencia en todas sus formas.
Pero creo ya me excedí en mi participación, porque Pingo comenzó a levantar la patita ya que quiere –como siempre- opinar. Pero veo que no es una opinión, sino un deslinde.
Dice que nunca pensó en las fatales consecuencias de su “inventó”, sino más bien tuvo como motivación despertar la conciencia de los lectores, a los que considera víctimas del sistema político actual, que les es indiferente a pesar del alto costo de mantener esa actitud.
Señala que el precio para él es muy alto, pues su combativa amiga la luciérnaga se emocionó demasiado en su papel de ser luz que guía al mundo y murió en el intento de señalar lo que ella consideraba perversidades (por cierto, en mi blog www.oscardavismtz.blogspot.com ya pueden ustedes ver las imágenes de la difunta) por lo que espera que los pocos resultados que dio su “invento” no sean echados en saco roto. Así ha dicho.