Este puente largo, con desfile dominical incluido, fue par Pingo una jornada de reflexión. Ser perro tiene sus ventajas, dice él, porque por ejemplo no se dedicó a entrar en la ola consumista artificialmente alentada ni tuvo que desfilar en actos que ya no son cívicos sino carnavalescos, como contaba ayer.
Total que Pingo tiene las baterías cargadas y espero que nuevamente aporte ideas interesantes y, sobre todo, aplicables, para mantener a raya la voracidad de los políticos corruptos (no sé si usted conozca a alguno de otro tipo) a los que ya se les hace agua la boca por la promesa de tener en 2012 otra rebanadota del pastel.
Por supuesto, los que mas se relamen los bigotes son los priistas, que se sienten los próximos amos y señores del universo. El tiempo lo dirá y cada vez falta menos.