En realidad, cuando gente emanada de un amplio espectro de la sociedad sale en defensa de la líder vitalicia en realidad lo que cuidan son sus propios intereses y la posibilidad de seguir en el disfrute de las prebendas que a costillas de los recursos propias la señora y sus incondicionales han repartido.
Y ha sido con el dinero que debería destinarse a la enseñanza pública, casualmente la última de las prioridades del SNTE, digan lo que digan.
Todo esto lo digo porque, como cada tres años, de ese sindicato saldrán infinidad de “comisionados” -esto es, de gente que cobra su salario íntegro sin la obligación de trabajar-rumbo a las elecciones, para ayudar a que gane determinado candidato o partido, porque ni siquiera tienen una ideología, sino intereses que se acomodan en cualquier lugar.
Allí está una de las raíces del mal que aqueja a este pobre país y que nadie se atreve a cortar.