Uno de ellos es su principal preocupación y tiene que ver con la impunidad con la que los políticos se mueven para robar todo aquello que no es de ellos y destruir lo que costó el trabajo de tantas generaciones.
Por eso actualmente elabora su código de sanciones, con la esperanza de proponerlo al Congreso y en un acto de fe, que llegue a ser votado favorablemente.
Por supuesto que usted y yo sabemos que nunca los diputados votarán algo así, porque no se darán con una piedra en el hocico, como dice el refrán, pero él debe tener un plan alterno o quizá quiere aprovechar que parte de la peor legislatura de la historia de Morelos se acaba de renovar.
El caso es que está muy emocionado con su proyecto. Ojalá incluya sanciones para aquellos que por acción u omisión permitieron que la sociedad morelense viva en la zozobra actual por culpa de tanto delincuente que se mueve a sus anchas.
De hecho ese tipo de sanciones ya existen, aunque a nadie se le ocurre invocarlas.
De eso y de otras cosas le contaré más adelante.