Y ahora la causa por la que Pingo ha puesto un alto a sus esfuerzos destinados a beneficiar a la humanidad de esa raza de seres chupa sangre (¿usted conoce a algún político que no lo sea?) es porque tiene miedo.
Sí, así como suena. Miedo, pero no a los políticos y a sus represalias, sino miedo a que lo secuestren. Aunque no tiene ni en qué caerse muerto (más que su gracia y galanura, dice él) afirma que ha visto tanto secuestro de sus paisanos humanos que teme que algo le pase.
Y eso no lo deja seguir con sus planes de redactar un texto que sea crucial para el curso de la Historia (con mayúsculas) porque tiene que cuidarse hasta de su propia sombra.
Y considera que eso no es justo, porque no casualmente esa situación es consecuencia de los hechos rapiñosos de los políticos que reciben dinero de quién sea, con tal de que sea dinero.
Y púes como se puede pecar por acción o por omisión, lo que hacen y lo que dejan de hacer nos ha llevado a este lamentable estado de cosas.
Dice que por eso en el código que prepara endurecerá las sanciones a fin de que los políticos paguen doble por el mal que han hecho y siguen haciendo. Ojalá.