Por supuesto que no es el único. Los 33 municipios están llenos de ofertas irrealizables e incluso absurdas que buscan sorprender a los incautos o que consideran que los ciudadanos ya no se creen nada y que por lo mismo no es importante lo que se diga, sino la ingeniería electoral que se pondrá en marcha el próximo 1 de julio.
Terrible, por el lado que se le quiera ver.
¿Acaso somos tan malos o tan torpes ciudadanos como para mantener sobre nosotros el estigma de que mentalmente somos –como electores- menores de edad?