Y aparte de ese disgusto, el señor Guerra debe revolverse en su tumba cuando se entera de las desgracias y tropelías que hacen en el centro de investigación que vino a fundar a Cuernavaca y que hoy está en poder de los ideólogos del panismo que sabrá Dios qué quieren hacer con él.
Guerra Tejeda planeó un centro de alta cultura, pero de verdad. Sin embargo, ese sitio se utiliza para promover “conferencias magistrales” como la que tendrá lugar el próximo 31 de agosto precisamente en el auditorio que lleva el nombre del fundador de la institución y que lleva el nombre de “Efecto de la energía giratoria y del campo bioenergético en la curación cuántica”.
Quienes son aficionados a tales métodos, seguro mandarán muchas cartas explicadoras y de reclamo a esta columna, pero ninguna dirá las bases verdaderamente científicas de tales cosas.
No está prohibido difundir ideas, pero sí debería sancionarse a quienes usan recursos públicos para métodos no probados y que incluso pueden ser peligrosos para la salud.
Hay leyes que ponen límites a eso. Y también está el sentido común. Pero creo que no es tan común como uno quisiera.
Por lo pronto, quizá una institución seria podría intervenir y explicar los alcances de esas técnicas.
1 comentario
He leído con atención tu nota. Me permito señalar que el Dr. Guerra realizó su mejor esfuerzo por constituir un centro de investigaciones de la más alta solvencia académica y es posible documentar que lo consiguió con creces. Disiento, junto con una gran comunidad de discípulos, amigos y otros cómplices, de la hipótesis tuya según la cual
se le recuerda a Ricardo Guerra con ese dejo de menosprecio. A Guerra le seguimos y seguiremos honrando como el riguroso maestro, gran pensador y estricto traductor que fue entre nosotros.
Ya entrados en materia, me parece despectiva y sesgada tal afirmación al referir sólo la opinión de una de las esposas del pensador que nos ocupa.
En todo caso, si fuera rigurosamente indispensable referirse únicamente a las palabras de Rosario Castellanos ¿No valdrá más la pena citar aquellas palabras de la propia gran escritora chiapaneca, quien escribió, por ejemplo:
"Lo amo (a Guerra)como no he amado jamás a nadie, como no quiero volver a amar nunca a ninguno. Lo amo mucho. No me olvide"?
Por su parte, la Dra. Yáñez, otra de sus esposas, comprometió los últimos años de su vida para alcanzar a publicar dos sendos libros de homenaje póstumo al pensamiento de Guerra: Metafísica y ontología, en 2005, y Homenaje a Ricardo Guerra. Recordar es permanecer , en 2009. En estas tentativas, ella misma participa con ensayos teóricos, profundos, alejados de sentimentalismos obtusos.
En este orden de ideas, se le han realizado asimismo homenajes nacionales desde 2005 y el mes pasado se presentó otro de sus proyectos: "Tamoanchan. Revista de humanidades", en cuyas páginas, por cierto, se dedica una sección a un Homenaje a Ricardo Guerra con cuatro ensayos, cuyo enlace comparto con tus lectores:
http://cidhem.mx/tamoanchan1/index.html
Muchas gracias por tu comprensión
Recibe un abrazo
Hey
Estimado Oscar Davis: He leído con atención tu nota. Me permito señalar… Compartelo!