Luego de varios intentos y con el uso de recursos públicos y evidentes influencias lo lograron y pronto se demostró cuál era la intención.
La actual presidenta de la agrupación de paterfamilias logró finalmente quedarse con el puesto, pero lo ha convertido en anodino, sólo declarativo y –llegué a pensar- perpetuo.
Pero una reforma a la ley de Educación finalmente le obligará a dejar el cargo desde el que trató de influir en cuestiones electorales y sociales usando el nombre de sus supuestos representados.
Pero finalmente el agua encontró su nivel y deberá ceder su sitio a otra persona, que no sabremos si será capaz de desempeñar con dignidad un cargo que se creo en los tiempos priistas para tener el control corporativo de todos los sectores de la sociedad y que el panismo creyó conveniente conservar.
Ese es el punto, pese a la alternancia en el poder no hubo un cambio en los instrumentos de control. Algunos, como la asociación de padres de familia, dejaron de tener funcionalidad, pero allí siguen.