Ese es un punto a considerar en el que entran apreciaciones personales, y un servidor considera que la ampliación es necesaria no sólo para el mítico poblado, sino para la región oriente de Morelos. Un ejemplo de lo peligrosa que es esa carretera fue la muerte del abogado y político Adolfo Aguilar Zinzer, cuando regresaba a la Ciudad de México y hay muchos casos más, entre los que también recordamos uno, que conmocionó al barrio donde nació el que escribe, Zarco –para información de los que trabajan en Palacio de Gobierno, a dos cuadras de su oficina sobre la calle Gutenberg— fue el accidente donde perdió la vida una joven y guapa mujer de nombre Zoyla Alemán Castrejón, y hablamos de aproximadamente unos cuarenta y cinco años sino es que un poquito más. Esta joven era hija de un matrimonio ampliamente estimado en el centro de Cuernavaca, que expendían leche bronca.
Otra cosa es la consulta pública celebrada el domingo y sus resultados. Es de apreciación de cada quién. Los que generalizan el número de habitantes del municipio, los que manejan porcentajes, los que le dan valor legal que no lo tuvo y para quienes está sustentada moralmente porque es apabullante el “sí” de los casi tres mil que acudieron a dar su opinión sobre el tema. Otra cosa, claro, es la posición de “los contrarios” y la posición del gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu (al que más adelante, por alusiones como dicen ellos, queremos mostrarles la opinión personal del autor de esta vieja columna) y a personajes que nos sorprende su actitud entre bravía y servil, como el diputado Juan Ángel Flores Bustamante, coordinador de la fracción del PRD en el Congreso. En su conjunto, las voces hoy oficiales, se transforman en parodias peligrosas con rostros de Francisco Franco, Mussolini o don Adolfo Hitler. Sinceramente nos genera confusión, poses, actitudes, retos y gritos. Que se haga lo que se deba y se pueda, sin altanerías ni arrebatos pasionales.
Si se debe ampliar la autopista a cuatro carriles, es la opinión de un morelense que no vive y respeta a los de Tepoztlán, que no conoce los compromisos heredados por la tierra y los árboles de una comunidad que linda entre lo mágico y religioso, de rancias costumbres. Vale pues lo que digan en su mayoría los tepoztecos con o sin consulta, como que es un tema que entra más en los argumentos y razones y se incluye a todas las partes, la prensa también. No, en el tema Tepoztlán, opina un morelense nativo, que el gobernador Graco Ramírez aparezca en su conferencia que abre semana, como si estuviera en un mitin encarando al poder, como en 1998 a Jorge Carrillo Olea o luego del 2000 con Sergio Estrada. Nos metemos en el tema de respuestas.
Es el gobernador, díganselo, por favor…
Querido Graco, eres el gobernador constitucional del estado libre y soberano de Morelos, ganaste la elección, nos gobiernas a todos cuantos vivamos aquí. Queda claro. Respeto por el jefe del ejecutivo.
Sí, el gobernador, no el rey, emperador, romano, griego, de los tiempos de los tiempos, porque hoy ni quienes ostentan dicho cargo pueden actuar despóticamente. Lo vemos en la televisión local y abre enviando mensaje a los columnistas, dice que hay los que ya se frotaban las manos porque las cosas le iban a salir mal. Graco, gobiernas para los morelenses, no para los columnistas ni los reporteros que, es cierto, somos parte de la sociedad y en su oportunidad fuiste uno de los personajes que más buscamos por el nivel de político que, sin duda, sigues siendo, y porque tu voz hacía contrapeso con los gobiernos y poderes en turno. Tú eres un producto más de la prensa, de los medios, de las columnas y sus autores, que nosotros un referente por citarte desde que entraste en la política de Morelos.
Si algunos nos frotáramos las manos sería más por temor a que las condiciones de la entidad en el terreno de la violencia generada por el crimen organizado. Ahí sí, claro, nos sudan esas manos. No imaginamos una orquestación, una estrategia para someter al gobernador del estado. Somos del día a día, no nos concedas demasiada relevancia. Tu labor, si es buena, nos beneficia a todos. En lo personal, quiero que le vaya bien a tu administración, que se cumplan las expectativas porque hace sexenios que los morelenses estamos en la orfandad política y social, seguramente desde que tu amigo –al que todos queremos—Lauro Ortega dejó el gobierno. Él es tu reto, superarlo, no los columnistas. ¿Con cuántos de ellos has conversado desde tu llegada?, ¿una plática en serio? No les hemos preguntado, pero deben ser más los de la Ciudad de México que los de aquí, y está bien. Eso hizo Carrillo Olea, despreció a la prensa y lo debes recordar bien, porque fuiste junto con algunos columnistas, entre los que me cuento en la primera fila, los que criticamos con plena libertad su mal gobierno. Y se fue. Tú, antes que nadie lo sabía y tengo presente ese 11 de mayo de 1998 en la Fonda de La Güera, que llegaste y nos echamos un taco con “El Estropajo” Víctor Hugo Bolaños y Paco Guerrero. Ahí estaba la jefa. “Ya se va Carrillo”, y aquella sonrisa no era igual a la de ayer que nos aludías. Muy parecida, pero no la misma, la del Graco de siempre. Un canal o varios de los que comunican al gobierno con la sociedad, están tapados o les han puesto vallas. Que te informen, eres su jefe, el gobernador, pero no patrón ni dueño de la voluntad y de la vida de los demás, en este caso un periodista y, por supuesto, de los morelenses.
Alguno de tus colaboradores tuvo que anunciarte que eres ya el gobernador, no el osado y desafiante personaje político que desde una presunta posición débil tenía una fortaleza sin igual, por su habilidad, destreza y tamaños. Vaya que te admiré en esos momentos y de ahí el respeto a tu persona. Hoy estás ahí, en el balcón hasta donde llegaban tus reclamos, justos normalmente. Que te avisen de ello los más cercanos (por favor, Messeguer, Correa, díganselo). Sal al balcón y recibe la crítica, la buena, la mala, la de los sanos y malsanos, de los bien intencionados y los perversos. Deja que pase la ronda. Quién mejor que tú sabe que es temporal, que si existe mala voluntad vas a fortalecerte. Pero no dejes pasar un comentario o una línea que sirva para cubrir las necesidades de los morelenses. Como ser humano inteligente que conozco, abre tus compuertas a lo útil. Los y lo demás que se vayan a la goma, y por favor inclúyeme, si no existe esencia ni intenciones de abonar por el bienestar común de los morelenses, subrayo: mándanos lejos, a no contaminar; o mejor dicho: mándame a volar.
Ahora: ¿tienes la razón en cada cosa que haces y dices? Hay que revisarlo. Lo que nos queda claro es que tienes el poder, eres el gobernador, pero hemos visto pasar a tantos, muy pocos irse con el orgullo intacto y la satisfacción como Lauro Ortega y a la mayoría con la cabeza baja, avergonzados, sin capacidad de mirar de frente el rostro de los morelenses. Normalmente desaparecen. Hablo de los que han ganado una elección como lo has hecho tú. En esta columna siempre dije que nunca serías gobernador de Morelos. Así veía las condiciones. Debo admitir que me equivoqué, que falle en mis análisis y me fui por lo simple. Hoy eres el gobernador y no sólo respeto tu condición, sino que admito que si estás ahí es que fuiste más capaz que los demás y sacaste el oficio que te conocemos. No, en este momento no se trata de decir si eres bueno, decente, honesto, capaz o de hacer listas de presuntos compromisos, ni de meterse en terrenos de la especulación. No. Morelos se juega una carta importantísima para su desarrollo en varios sectores, uno de ellos es lo de Huexca y Tepoztlán, donde es un tema social politizado al cien por buenos y mal intencionados. El crimen organizado que está ahí, presente y pasando lista a cada instante. La crisis económica de los ayuntamientos en su mayoría que voltean a ver a tu administración como su única y viable solución.
Son asuntos de estado, no conflictos personales entre el gobernador y los que dijiste que se frotan las manos porque te salgan mal las cosas. No te tomes demasiado en serio Graco. Los que aquí orgullosamente nacimos y los que como tú han llegado a integrarse a la sociedad haciendo compromisos –por eso eres el gobernador, ni más ni menos— lo que queremos es que las cosas se calmen, que caminemos por la calle y tomemos un café con gusto y tranquilidad, irnos al cine o a echarnos unos tacos sin voltear a un lado y otro. Hay sicosis, seguro lo sabes, entre la gente común, temen que los secuestren aunque no ajusten para un kilo de huevo y un litro de leche para el desayuno de mañana, o encontrarse en medio de la metralla entre grupos criminales antagónicos.
Es necesario que reconozcamos que tienes apenas mes y medio como mandatario de la entidad, que el camino es largo, faltan cinco años, 10 meses y 16 días para que entregues el mando. Inicias y abusamos exigiendo. Pero no queda otra. La violencia no tiene plazo ni da treguas de horas. Se huele y corre como un demonio por nuestros aires morelenses. La gente cree en esos 18 meses que anunciaste. ¿Qué necesidad de abrir cada día un flanco en lugar de sumar puntos por el bien de Morelos? No sabemos de un periodista que sea tu enemigo, sin embargo se dice entre tus colaboradores que tienes fobias contra algunos de ellos. Graco, el único mal que han hecho los periodistas de Morelos es darte cobertura en el momento preciso, lo que permitió que te adentraras en la sociedad local. No seas ingrato y tampoco los subestimes o, como sucede en estas últimas horas, nos sobrestimes. Si la prensa en general te es molesta o el género de los columnistas te cala, no pasa nada. Que cada quien haga su trabajo. Es momento que se ajusten las cosas en esta relación históricamente insana: un gobierno y una prensa que sin ataduras sirvamos a la sociedad, no los intereses de unos cuantos y la mayoría silenciosa sin un gobierno que los proteja y una prensa que en verdad les informe.
El remedio para que los molestos dejen de hacerlo, es brindar resultados inmediatos. Lo de Tepoztlán pudiera ser el caso, pero que sea revisado por gente que no meta pasión o intereses personales ahí. En el canal del cable local, vi tu imagen y los adjetivos, abriendo el gobernador un discurso defensivo en apariencia pero al ataque, y sobre los columnistas. Es un derecho legítimo, tú conoces de esto, tienes dones especiales para el manejo de la relación pública y sabes cómo penetrar los medios, no conocemos otro político que lo haga con esa destreza y paciencia. ¿Quién tiene la verdad absoluta? Si el gobernador se enciende en sus ánimos, imagínate a un ser humano más corriente que común como somos los columnistas –me incluyo aunque no lo quisiera, esta columna ha rebasado los 32 años saliendo periódicamente y por ello hablo de gobernantes idos y la manera en que lo han hecho, vivimos la experiencia— a quienes colocas en un sitio preferencial por encima de las mismas instituciones mediáticas.
Yo quiero que a tu gobierno le vaya bien porque nos conviene a todos. Esa es una intención de morelense, más si soy o no afín contigo. He aprendido que tenemos instituciones y sé respetarlas, pero en el camino también te enseñas a que el respeto es de ida y vuelta. Si ese gesto de desprecio que vi en tu rostro cuando haces referencia a “los columnistas”, si llevara municiones y pólvora, me doy por ido de esta vida. Creo que los ánimos te tienen encendidos o le ponen combustible los incapaces colaboradores tuyos. No sé de un periodista que tenga un pleito contigo, si es que existen ideas distintas. Pero ahí entra tu dominio como político. Convence a la gente, a toda, logra el consenso, con ello no requieres ni de buena ni mala prensa (porque así lo estás manejando en tus actitudes) los que nos dedicamos a este quehacer tenemos –bueno, es mi caso, retiro el tenemos— más defectos que cualidades. Soy empírico. Fallo a cada rato. La gente tiene todo el derecho de tirar el periódico por mi culpa, o leerlo cortándole esta columna. Ni en los momentos complicados de Graco Ramírez, el opositor al oficialismo, el “coco” de Carrillo y Estrada Cajigal, el luchador social, ha habido irrespeto.
Últimamente, tampoco es un espacio que se entregue diariamente al gobernador para que siga la buena estima. En este género existe una dinámica especial, normalmente buscando el tema más importante. La agenda la has manejado tú en tu condición de gobernador, de ahí que los colegas columnistas se ocupen en sus espacios con tu figura. Es normal. Si existe alguna confabulación o plan para estarle pegando al gobernador Graco Ramírez, no la conozco o no me han invitado. La frotada de manos es diario y no de lo que hagas o no, nunca eso, estoy preocupado por la familia, por la violencia, por mis vecinos, por mis amigos, por mis colegas, por mí. No Graco, no te confundas. Tus retos no son provocar como peleador de callejón a los periodistas. Es el bienestar común en Morelos, ahí entramos todos, que cada quien tome su lugar y haga su tarea. Eso es.
Lo demás es lo de menos. O el gobernador se confunde o al gobernador lo engañan sus colaboradores. A ti te toca checarlo. Lo único seguro es que no es nada personal. Te dejo un abrazo cariñoso mi buen Graco, o si gustas señor gobernador de Morelos.
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Hey
El señor todo poderoso en las alturas no gusta mirar hacia abajo.… Compartelo!