El famoso can -a pesar del tiempo que ha pasado aún me preguntan por él y me reprochan su involuntaria ausencia- de alguna extraña manera adquirió buenas dotes para la comunicación y terminó por apropiarse de ésta columna, la cuál pude rescatar una vez que él partió para no volver.
Tanto su llegada como su desaparición fueron extrañas. En un blog que hace rato no actualizó coloqué varias fotografías del aludido, Pingo, que a esas fechas se había convertido en el azote de los políticos, independientemente de partidos y compromisos.
Y no sé porque esa extraña suerte me persigue: hace cuatro semanas, más o menos, en el lugar donde acostumbro desayunar apareció con sus desesperados gritos un gato pequeñito que alguien sin corazón había abandonado en la calle.
Compartí una parte de mi guiso con el animalito, que resultó ser animalita, lo que seguramente explicaba que estuviera en el abandono. Extrañamente, en cuanto comió y bebió lo suficiente decidió dar las gracias y se colocó en mi como si nos conociéramos de toda la vida.
No tuve corazón para dejarla en la calle de nuevo, así es que me retiré del lugar con todo y gata nueva, que viste un traje definido por el veterinario como de "arlequín" (negra con rayas amarillas por todos lados y una que otra manchita blanca. Espero hoy mismo colocar una foto y hacerla pública en mi feis, porque no soy bueno para las descripciones)
Como en la casa de al lado no hay una sino tres gatas de un color blanco intenso y una de ellas se llama "barbi", para que no se sintiera menos la recién llegada, había que ponerle un nombre que no desluciera al lado de la vecina. POr eso se llama Bambina, así, con mayúscula, porque se las ha ganado.
Y es que resulta que contrario a otros gatos, Bambina tiene un gran poder para comunicarse con el entorno, aparte de que aprendió en cuestión de horas a abrir puertas, a ir sola al baño (y en el lugar apropiado) y a un montón de cosas más que usualmente un gato no hace aunque esté en juego alguna de sus siete vidas.
No sé si se trate del Pingo que reencarnó en gata (sería un justo castigo a su vida anterior, de desatado semental) o éste animalito (la Bambina) es original y tiene por sí misma sus propias y extrañas cualidades, de las que les contaré más mañana sin falta.