A esos extremos han llegado y ni quien le sponga un freno.
Entre los que no proponen algo ni por equivocación, con aquellos que quiere regular todos los actos de la vida pública, aún aquellos que ya están contemplados en alguna ley o reglamento, estamos ante escenarios casi obscenos, porque se legisla sobre lo que no importa, mientras que lo urgente allí sigue, a la espera de tiempos mejores.
Eso es un desperdicio enorme de recursos que no deberíamos permitir, pero lo hacemos.
Mientras, numerosos políticos con cargos públicos, incluidos los propios diputados, se promocionan abiertamente como aspirantes a algo, en actos que más parecen de provocación que de propaganda.
En España acaba de pasar un fenomeno extraño: en las elecciones al Parlamento Europeo, los electores debidieron romper la tradicional hegemonía de tres partidos y dar su apoyo a candidatos de una organización emergente.
Una encuesta ublicada hace algunas horas reveló que esa organización, llamada "Podemos", ahora que s eha convertido en partido político supera en intención del voto a los dos grandes partidos españoles y les ganaría si hoy fueran las elecciones.
Los políticos, españoles, igual de corruptos que los mexicanos, hicieron hasta lo imposible para hartar a su electorado.
Aquí estamos al una situación parecida, y sólo a la espera de que en el proceso electoral de junio surja alguna opción.
El que tarde en aparecer dependerá del tamaño de las trampas.
El Poder y La Gloria
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Opciones ante el hartazgo
Si nadie le pone un freno a nuestros diputados locales, el día menos pensado votarán una iniciativa de ley que reglamente el número de cuadritos de papel higiénico que pueden usarse en un baño público, según la cosa que cada quien vaya a hacer.
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