Tal cualidad no es tan abundante, por lo que se requiere una buena repartición para tratar de enderezar el rumbo.
Si tal regalo llegara a sus destinatarios, veríamos cosas extraordinarias, comenzando por la renuncia de muchos (y muchas) a seguir en la política en busca de otro cargo.
Se requiere precisamente de sentido común para darse cuenta de que el electorado no les quiere, pero al no tener esa mágica sustancia, se empeñarán como cada tres años para lograr un hueso aunque con el actual no haya sido precisamente efectivos para realizar el bien común, aunque muchos si lo han sido para sus propias causas, y una por encima de todas: la apropiación del dinero que está por allí puesto en sus manos.
Ojalá que como en las películas de hadas, santa clos suelte el sentido común en forma de polvo y por fin las cosas se enderecen.
Tengamos fe en que algo así puede suceder, sobre todo porque los otros mecanismos para arreglar el mundo actual no han funcionado como la gente quisiera.